Con la crisis del 2008 cerré un negocio y me dediqué a tiempo completo a mi maternidad volcándome en un peque al que encantaban los dibujos que hacía sobre la marcha, convirtiéndose finalmente en un medio imprescindible de comunicación entre los dos.
Esas imágenes al poco tiempo me sirvieron para introducirme en un mercado laboral nuevo y del todo gratificante dando paso a mi colaboración en un primer libro. De aquello hace más de 10 años y desde entonces cada idea o recuerdo la convierto instintivamente en imagen.